martes, 2 de junio de 2015

MUSEO THYSSEN

GUILLERMO SOLANA | DIRECTOR ARTÍSTICO DEL MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

“El gran público solo quiere ver lo que conoce y conoce cuatro cosas”

Guillermo Solana acaba de cumplir una década como director artístico del Museo Thyssen

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Guillermo Solana, retratado en el Museo Thyssen-Bornemisza. / ÁLVARO GARCÍA
Guillermo Solana (Madrid, 1960) acaba de cumplir una década como director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, uno de los pilares esenciales del Paseo del Arte de Madrid junto al Prado y el Reina Sofía. Profesor en excedencia de la Universidad Autónoma, toda su experiencia museística está ligada al Thyssen, un centro público, dependiente de una fundación controlada por el Ministerio de Cultura, que ha sufrido como los grandes museos nacionales los enormes recortes presupuestarios aplicados desde el comienzo de la crisis en el año 2008.
Pregunta. ¿Por qué son ustedes distintos y por qué la crisis económica les afecta de manera diferente?
Respuesta. En España se habla de nosotros como si fuéramos el Louvre o el Metropolitan, pero somos una pyme, con menos de 150 empleados y una colección extraordinaria de 800 pinturas. Tampoco nos parecemos a los grandes museos nacionales, como el Reina Sofía o El Prado, pero somos un espacio público y la gente sigue con la idea de que somos privados. No hay manera de cambiar esa percepción. En este tiempo nos hemos quedado sin patrocinadores [su principal colaborador fue Caja Madrid], las visitas sufren altibajos y el alquiler del espacio para eventos ha bajado.
P. ¿Con qué museo se compararían? ¿Con la Colección Frick de Nueva York, por ejemplo?
R. Es un ejemplo perfecto.

Redes sociales y pinacotecas: eficaces sí, pero no milagrosas

En 2012, Guillermo Solana tuvo la idea de publicar una guía del Museo Thyssen en 308 tuits. Pero no está tan claro que, para este auténtico pionero de la presencia museística en las redes sociales, estas sirvan para promocionar con eficacia las pinacotecas: “Creo que en las redes sociales entra un público ya convencido de antemano, pero dudo de que sumen nuevos visitantes. Desde luego, tienen un papel de difusión espectacular y la gente se entera de lo que hacemos. Otra cosa es que se levanten del ordenador y vengan. Creo que pasa como con las manifestaciones: que la gente protesta en Twitter y creen que ya está todo hecho”, explica el director del Thyssen.
Y sobre el momento de la despedida, para cuando llegue, Solana sí tiene claras las exposiciones que le gustaría montar antes del adiós: “Una la dedicaría al Rembrandt retratista. La otra a Caspar David Friedrich. De momento, inasumibles, pero no pierdo la esperanza”.
P. En esa percepción general de que este es un museo privado puede que tenga que ver Carmen Thyssen, vicepresidenta vitalicia del Patronato y con una imagen pública bastante controvertida...
R. El peso de Carmen Thyssen siempre es positivo. Su presencia suma. Pero hay gente que no entiende que, además de vicepresidenta del patronato, sea también coleccionista. Por cierto, en la reunión del último Patronato ha comunicado que amplía un año más el préstamo gratuito de su colección a este museo. Es injusto confundir al museo con la baronesa y decir que ella se beneficia. La colección y las finanzas del museo y las de ella son mundos estancos. Nada que ver.
P. ¿Está siendo difícil sobrevivir como museo?
R. El drama de la cultura en este momento no es solo la escasez presupuestaria. Es también el gran desorden. El llamado Paseo del Arte de Madrid se ha convertido en el salvaje Oeste. Antes era un triángulo formado por El Prado, el Reina Sofía y nosotros. Luego fueron llegando las fundaciones privadas [Mapfre, CaixaForum] que, a la sombra de los museos, han hecho una competencia desleal no cobrando por las exposiciones y han practicado una política cultural neocolonialista. Para rematar el panorama, ha entrado en liza el Ayuntamiento de Madrid ofreciendo el CentroCentro Cibeles a coleccionistas públicos o privados solo a cambio de lo que se recaude con las entradas. Acabo de cancelar una de las exposiciones más importantes de los últimos años, sobre Kandinsky y El jinete azul, porque me he enterado de que el Ayuntamiento tiene programado a Kandinsky. ¿Qué disparate es este?
P. ¿No hay ninguna coordinación ente los directores de los museos?
R. La había. No con estos que han entrado a la arena hace poco. No puede ser que con dinero público, en este caso del Ayuntamiento, se produzcan contraprogramaciones que no hacen más que perjudicar. Hemos llegado a una situación en la que hay dos clases de países: los que tienen riqueza cultural (pensé que estábamos entre ellos) y los que tienen dinero y pagan por esa riqueza (Australia, Corea, Emiratos Árabes...). Parece que estemos entre los segundos. La crisis ha tenido efectos terribles, como lo prueba este desorden del que estoy hablando.
P. ¿Qué solución ve?
R. Es un problema político. Cada Administración funciona a lo loco y tendrán que actuar pronto.
P. Pero ustedes han tenido y tienen exposiciones temporales de gran tirón. Ahora mismo exhiben a Delvaux y a Raoul Dufy.
R. Pero nunca sabes cómo va a reaccionar el público. Delvaux funciona bien, pero Dufy no tanto, aun siendo un impresionista de primer nivel del que hemos conseguido cuadros extraordinarios. Creo que el gran público solo quiere ver lo que conoce y solo conoce cuatro cosas. Como los niños, quiere ver siempre la misma película. Todos los días lo mismo: Monet, Van Gogh, Picasso, Dalí o Sorolla.
P. A ustedes se les ha acusado a veces de abusar de los impresionistas, puede que los más populares y gozosos de ver.

Historia del Thyssen y del Paseo del Arte

Las puertas del museo se abrieron en 1992, con la colección adquirida por el Estado español al barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1993. Su fundación, cuyo patronato corresponde al Ministerio de Cultura, se creó en 1988. En 2004, se inauguró la ampliación a través del Palacio de Villahermosa con la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Tomás Llorens fue el primer director artístico de la pinacoteca. Hace 10 años, le sustituyó Guillermo Solana.
Junto al Museo del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, formó la llamada Milla de Oro o el Paseo del Arte de Madrid, a lo largo del eje del paseo del Prado. Luego se incorporaron CaixaForum, la Fundación Mapfre (ya en Recoletos) o CentroCentro Cibeles.
R. Sí, pero el gran éxito, el indiscutible, fue Cézanne. Mi línea en el Thyssen ha sido una línea quebrada, en zigzag. Ahora tenemos a Delvaux y Dufy. Este verano Zurbarán y Vogue. En otoño, Munch y La ilusión del Oeste. El próximo año, Caravaggio y Caillebotte.
P. ¿Cree que los medios públicos hacen lo suficiente por la difusión del arte?
R. No hacen nada. O casi. Lo que sale en televisión de los museos es mínimo. Antes teníamos Informe Semanal, donde solía salir alguna exposición muy bien contada. Ahora queda Carlos del Amor en la Primera y Antonio Gárate en 24 Horas. El otro día, vi un reportaje en Telemadrid de una pintora llamada María Jesús de Frutos en Casa de Vacas, espacio municipal. En la entrevista, ella explicaba que es la esposa de Enrique Cerezo [presidente del Atlético de Madrid]. Su exposición se titulaba Colores de milonga. Desolador.

lunes, 18 de mayo de 2015

MUSEOS NO APTOS PARA IMPRESIONABLES

Pasajeros frecuentes

Museos no aptos para impresionables

Por   | LA NACION


Algunos museos, lugares de visita prácticamente infaltables en los viajes, hacen del morbo su fuente de inspiración. Y lo curioso del caso es que reciben muchos visitantes que pagan entradas por verlos.
Recuerdo lo que me costó recorrer el Museo de las Momias en la ciudad mexicana de Guanajuato.
El gran atractivo del museo más visitado de la ciudad se podría explicar por la relación especial del pueblo azteca con la muerte, que hasta incluso festejan en el Día de los Muertos. Pero para los extranjeros, ver este museo lleno de cadáveres cuidadosamente acomodados en vitrinas, como si fueran tesoros egipcios, con rostros de dolor, de sufrimiento, es escalofriante.
Son simples mortales que por un extraño proceso natural se momificaron en el cementerio local. Los ataúdes de un sector específico, por determinadas condiciones de calor y humedad, se deshidrataron y no se descompusieron.
Los descubrieron de casualidad y no tuvieron mejor idea que exponerlos. Están tal como salieron del cajón, con ropas viejas y rostros resecos como si fueran de cartón. Incluso se reconstruyó sus historias y cómo murieron. Hasta hay bebes.
En República Checa parece que le tienen especial cariño a las torturas medievales. En un país chico, más o menos del tamaño de la provincia de San Luis, hay tres exposiciones permanentes dedicadas a las diferentes formas de morir en la Edad Media.
En Praga, a pasos del famoso puente de Carlos, está el Museo de los Instrumentos de Tortura Medieval, con más de 60 bonitos ejemplares, tanto originales como copias de silla con pinches, botas españolas, cinturón de castidad, un brasero, herramientas para desgarrar la carne, escalera de estiramiento entre otras terribles, según el pecado cometido. Todas con explicación y clarito dibujo de cómo se usaban.
En Kutná Hora, un ex pueblo minero, a una hora de Praga, en la antigua Casa de la Moneda, también se exhiben instrumentos de la época de la Inquisición y como si fuera poco, en el castillo Lokett, una antigua construcción del siglo XIII, muy cerca del Karlovy Vary, en un sótano oscuro y en pequeñas celdas se ven representaciones de las torturas con figuras que parecen reales y hasta se mueven.
Para los que quieren más, también existe el Museo de la Inquisición, en Lima; el Museo de la Tortura y la Pena Capital, en Ciudad de México, y el Museo de la Tortura de Amsterdam.
La lista continúa con el Museo Gordon, de Londres, destinado a patologías. Tiene una colección de aproximadamente 8 mil especímenes patológicos, aunque está principalmente dedicado a médicos y estudiantes. En Lituania se puede visitar el Museo del Diablo, que cuenta con más de 3000 representaciones de diversos materiales, máscaras y algunas pinturas del señor de las tinieblas. Personas impresionables, mejor abstenerse..

viernes, 12 de diciembre de 2014

EXPOSICION DE DAMASO ARCE

3/12 ESTE DOMINGO SE HABILITA LA MUESTRA
Exposición sobre la obra de Dámaso Arce en el Mapda
DETALLE DE “EL JARRÓN DE LA VIDA”, OBRA DE DÁMASO ARCE.
La muestra incluye el patrimonio del propio Museo, obtenido durante la gestión 2008  2011; ya sea por donación de artistas o adquisición de obras premiadas en la Bienal de Arte Olavarría 2009 - 2011. Permanecerá hasta el 18 de diciembre.
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A partir del próximo domingo se encontrará en exhibición la obra del prestigioso artista plástico Dámaso Arce en el Mapda, Museo Municipal que lleva su nombre.

La muestra incluye el patrimonio del propio Museo, obtenido durante la gestión 2008 – 2011; ya sea por donación de artistas o adquisición de obras premiadas en la Bienal de Arte Olavarría 2009 - 2011.

En el transcurso de la semana siguiente, se informará el cronograma completo de actividades en torno a la muestra, que tendrá visitas guiadas.

La exposición podrá ser visitada desde este domingo y hasta el domingo 18 del corriente en los horarios habituales del Museo.

Dámaso Arce (España, 1874 - Argentina, 1942)

Artista orfebre, cincelador autodidacta e impulsor de la platería en Olavarría. Fundó el Mapda, museo que lleva su nombre.

Llegó a nuestro país en el año 1887, y en 1901 decide radicarse en Olavarría donde inmediatamente ingresó a trabajar como ayudante de platero en el taller del Sr. Alejandro San Martín. Poco después, los integrantes de la Sociedad Luis Brogi y Cía. lo contrataron y lo pusieron al frente de su comercio en el cargo de oficial. En el año 1905 adquirió dicho establecimiento para desarrollarse de manera independiente.

Quince años más tarde, Dámaso Arce se contactó con el Director del Museo de Ciencias Naturales de La Plata debido a sus intereses en etnografía y paleontología. Más tarde decidió gestionar la creación de museos regionales con la intención de incentivar a los jóvenes estudiantes en conocer la historia nacional. Para ello se contactó con las autoridades educativas de los consejos escolares de las localidades de Azul, Bolívar, Olavarría, Tandil y Tres Arroyos.

Por aquel entonces, se dedicó a ejercer la docencia de manera ad honorem en el penal de Sierra Chica enseñando dibujo y grabado de metales.

Su actividad como orfebre nunca se detuvo. Realizó todas sus obras con la intención de que sean destinadas a su museo. No le interesaba trabajar para comercializarlas.

Así, comenzó a nacer en Dámaso Arce un gran interés por la colección de bienes culturales. Ya en el año 1910 reunió un número de piezas artísticas, antigüedades y restos fósiles que atrajo el interés de estudiosos, amateurs y coleccionistas. En el año 1914 una parte de su casa se transforma en un museo el cual estaba abierto para todos y donde el mismo Dámaso Arce recreaba historias de cada objeto presentado a quien deseara escucharlo.

En 1920 decidió dejar su actividad comercial y vendió su negocio a la firma Amoroso y Llera para dedicarse exclusivamente al museo, el cual había crecido enormemente contando con objetos arqueológicos provenientes del noroeste argentino, las regiones chaqueña y pampeana, de la Patagonia y de Tierra del Fuego, reservorio de diversas obras y objetos artísticos, mapas, medallas y piezas de su autoría.

Actualmente el Museo de Artes Plásticas “Dámaso Arce” (MAPDA) es municipal y lleva su nombre en su honor. Cuenta como parte de su patrimonio a todos los objetos recopilados por su fundador.

sábado, 15 de noviembre de 2014

PREMIO AL MEJOR MUSEO EUROPEO 2014

EL PREMIO AL MEJOR MUSEO EUROPEO 2014 ES PARA EL MUSEO DE LA INOCENCIA EN TURQUÍA

http://www.masumiyetmuzesi.org/index.php?Saved=True

El primer premio ha sido para el Museo de la Inocencia, en Estambul, Turquía, un espacio que cuenta la historia de la ciudad en la segunda mitad del siglo XX. El museo fue creado por el escritor y Premio Nobel Orhan Pamuk, a partir del imaginario que aparece en su novela de ficción de igual nombre. El museo de la inocencia se entiende como un modelo de espacio pequeño y personal, local y sostenible para el nuevo desarrollo de los museos. El museo es inspirador e innovador, ofreciendo nuevos paradigmas para el sector de los museos.
El European Museum of the Year Award es un certamen anual que lleva organizándose por el European Museum Forum (organización dependiente del Consejo de Europa dedicada al desarrollo de la calidad de los museos públicos europeos) desde 1977 y que lo han recibido, entre otros espacios, el  Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra de Córdoba o el Riverside Museum de Glasgow en Reino Unido. Este premio se concede a los museos que destacan en términos de innovación y de calidad como espacios públicos. Pueden participar en este certamen los museos de los 47 países europeos miembros del Consejo de Europa  si se haninaugurado, renovado o expandido en los dos últimos años.

jueves, 13 de noviembre de 2014

DE LOS MUSEOS Y LAS PELICULAS

Algunas de las películas en las que se muestran museos muy conocidos:




http://blog.paramountchannel.es/2014/03/19/11-peliculas-en-museos/


martes, 11 de noviembre de 2014

RECONSTRUCCION DE ESCULTURA EN EL MET FOTOS Y VIDEOS

http://www.nytimes.com/2014/11/09/arts/design/recreating-adam-from-hundreds-of-fragments-after-the-fall.html?smid=tw-nytimes&_r=0#

Tullio Lombardo's Adam | The Metropolitan Museum of Art - After the Fall: The Conservation of Tullio Lombardo's Adam

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SLIDE SHOW|8 Photos

Adam Reborn at the Met

Adam Reborn at the Met

CreditChristopher Heins/The Metropolitan Museum of Art
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It happened at 6 on a Sunday night. Adam — a strapping, 6-foot-3-inch marble sculpture by the Venetian Renaissance master Tullio Lombardo — fell to the groundon a patio at the Metropolitan Museum of Art, smashing into hundreds of pieces. “Nobody knew what had happened — it could have been foul play,” said Jack Soultanian, a conservator who was called to the museum that night in 2002.
An investigation revealed that Adam’s plywood pedestal had buckled. “The head had come off,” Mr. Soultanian said. “There were 28 recognizable pieces and hundreds of smaller fragments,” he added, and skid marks on the torso where it slid across the patio floor. Philippe de Montebello, then the Met’s director, called it “about the worst thing that could happen” to a museum.
What followed was more than a decade of painstaking restoration that was unprecedented in the Met’s history. The project took so long there were rumors that the statue was beyond repair. But it was not, as the Met will make clear on Tuesday when the museum not only puts Adam on display again but also releases videos of how Mr. Soultanian and his colleague Carolyn Riccardelli — with dozens of scientists and engineers — put the 500-year-old sculpture back together, relying on a radical approach to the conservation. Along the way, it made a visit to the hospital for CT scans. (Adam needed a nose job, as well as head, hand, knee and foot operations.)
The restoration project serves as a watershed of sorts for the Met, reflecting a new attitude adopted by museums around the world to share such innovative work not just professionally but with the public. It is a dramatic reversal from decades past when museum conservators treated such efforts like state secrets, or subscribed to the belief that revealing a work’s history of damage would make it less beautiful to viewers. (Michele Marincola, a professor of conservation at New York University’s Institute of Fine Arts, recalled that the legendary conservator George L. Stout once compared discussing such restoration work to inquiring “about the digestive system of an opera singer.” )
But today, “restoration is the cutting edge of art history,” said Emilie Gordenker, director of the Royal Picture Gallery Mauritshuis in The Hague, whose museum is also planning a major exhibition centering on an in-depth restoration of a single painting, “Saul and David,” which she described as riveting as a “crime scene investigation.” Using the latest technology, the museum will chronicle the discoveries of its creation and history — every unexpected detail that lurks beneath the canvas, initially considered to be one of Rembrandt’s finest but later de-attributed. “We live in a time when the public wants to look behind the scenes and museums are finally becoming more open about it,” Ms. Gordenker said.
Italy’s Uffizi Gallery in Florence, for example, had conservators working in a glassed-in lab so visitors could watch the action. Right now, in Belgium, Jan and Hubert van Eyck’s “Adoration of the Mystic Lamb,” better known as the Ghent Altarpiece of 1432 — one of the world’s most famous panel paintings — is undergoing a seven-year restoration. Financing from the Getty Foundation in Los Angeles has helped pay for it, including an interactive website showing the work in minute detail. (The public can also visit the three sites in Ghent where it is being restored.)
“This is a shift and I think a very important one,” Luke Syson, the Met’s curator in charge of European sculpture and decorative arts, said of this new tell-all era. With Adam, he added, “there’s no pretending that the breaks aren’t there or that this didn’t happen. Yes, this awful accident occurred on our watch and now we are also responsible for its resurrection. Our processes need to be transparent.”
In decades past, museums would have also restored a damaged work of art in a way that got it back on view as quickly as possible. In the case of a massive marble sculpture like Adam, conservators would have resorted to using iron or steel pins that required drilling many of the sculpture’s joints. But such invasive work can be risky, curators said, potentially harming the marble.
Then there was the option, popular in the case of ancient sculptures, of leaving masterworks unrestored if they cracked with age, excavation or accidents — a process conservators often call “the romance of the fragment.” That was the case with the Louvre’s headless “Winged Victory of Samothrace” or its armless Aphrodite of Milos, better known as the Venus de Milo. “There was a trend in conservation to take away all restorations from ancient sculpture and get down to the original fragment,” said Ms. Riccardelli, the Met conservator who led the work on Adam. “But now we see the value of a Renaissance restoration.”
Nobody at the Met thought that the process would take 12 years. But Mr. de Montebello said then, and reiterated in a recent interview, that he wanted Adam “brought back to a state where only the cognoscenti could tell anything had happened.”
“The aesthetic of Tullio is largely dependent on the high finish of the piece,” he said. “To leave it in a broken state would have been to choose its accident as its defining historical moment.”
The museum assembled a team of three conservators — Ms. Riccardelli, Mr. Soultanian and Michael Morris, who works independently — along with consulting scientists, engineers and curators. After Adam’s fall, conservators studied in depth how Tullio had created it — with a head of curly locks, a dreamy stare, leaning on a decorative tree trunk intertwined with a serpent and a grapevine. The sculpture, which dates from 1490-1495, was originally commissioned for the tomb of a Venetian doge, Andrea Vendramin, and entered the museum’s collection in 1936.
Using a laser-mapping technology to create a three-dimensional “virtual Adam,” the conservators and engineers were able to see the places within the sculpture that would bear the most stress when it was upright again. Fiberglass pins, an innovation in the field, tested best for weight-bearing and safety, and in the end only three — one in each ankle and one in his left knee — proved necessary to put Adam back together. Everything else could be reassembled using a newly developed, more pliable adhesive.
The last and final piece was the sculpture’s head, which was reattached on April 1, 2013. Since then the entire sculpture has been cleaned, with the holes where the marble had pulverized filled in and colored to match the original stone.
When Adam goes back on view, some experts say its accident will make it even more compelling to the public. “There’s the D.I.Y. factor,” Patricia Rubin, the director of the Institute of Fine Arts, said. “It’s something everyone can relate to. What happened to this sculpture is a quandary you face each time you drop a piece of china in your kitchen and see it smash on the floor.”
Correction: November 11, 2014 
An article on Sunday about the Metropolitan Museum of Art’s restoration of a shattered marble sculpture of Adam by the Venetian Renaissance master Tullio Lombardo misidentified which knee of the sculpture required a fiberglass pin. It was the left, not the right.